Coworking en Madrid
Como decíamos el otro día, en algún momento la empresa que nace en un garage (o en una habitación de casa) necesita ir a una oficina: ya sea para aislar trabajo y casa, ya sea por poder invitar a tus clientes, ya sea porque necesitas mas instalaciones…
Una solución a esto, es el coworking, un espacio de trabajo compartido con otras personas. En la mesa de al lado tuyo, en la misma oficina, tendrás un compañero de trabajo… pero que será de otra empresa. Esto aporta dos interesantes ventajas: compartir espacio con otras personas (bueno para el espíritu, convivencia enriquecedora con otras disciplinas), reducir los gastos (alquiler y mantenimiento).
En Madrid he encontrado 5 sitios que ofrecen un espacio compartido de trabajo, algunos tienen definido el perfil de la gente que trabaja en ellos, otros son mas libres, mas mezcla:
- Okuri Spaces, en pleno Tetuan Valley. Perfil tecnológico
- The Hub, en el Barrio de las Letras (Atocha). Perfil social.
- Garage30, en Puente de Vallecas.
- LOFT to WORK, en Emabajadores/Atocha. Perfil creativo
- Working space, en Alcobendas.
Sus precios comienzan rondan los 100 euros al mes el asiento. Algunos incluyen sala de reuniones y demás instalaciones otros los cobran aparte. Unos tienen una tarifa fija por mes, otro depende del número de horas… Una opción muy interesante a tener en cuenta cuando lanzas una empresa con muy poca gente y pocos recursos.
Mas sobre la corrient de coworking en http://coworking.pbworks.com/, donde hay un buen recopilatorio de sitios de coworking en el mundo además de una guía para saber que es el coworking.
Por cierto, el lema de los coworkers americanos (donde surgió todo esto) es: Because working alone sucks!
Si conoces algún otro sitio de coworking en Madrid no dudes en comentarlo para añadirlo a la terna de opciones.
Desarrollo iterativo
Esa es la traducción mas cercana a «lean developing» que he podido encontrar y que descubrí con la lectura de Getting Real de 37 signals, aunque la idea tiene mas de 10 años. Significa establecer ciclos cerrados de trabajo a corto plazo, con pocas funcionalidades. Al terminar el ciclo se prueba con usuarios lo realizado y se establecen las funcionalidades del siguiente ciclo.
De esta manera, se enfoca el trabajo en dar las funcionalidades clave que dan valor a tu plataforma y no se pierde el tiempo con una cantidad abrumadora de funcionalidades, alguna de las cuales nadie va a usar. También se logra tener una plataforma funcionando desde el final de la primera iteración, aunque tenga pocas funcionalidades (lo cual es especialmente importante en el caso de una start-up en internet).
Una ventaja frente al clásico modelo de desarrollo en cascada, es que al final de cada iteración se han tenido que resolver todos los problemas de la misma para darla por concluida, con lo cual se detecta cualquier punto de bloqueo antes y se detecta de una manera mas clara donde se produce y a que afecta.
Otra ventaja es que los programadores son mas eficientes cuando la meta está cerca.
Desarrollar para un ciclo corto no significa perder de vista a largo plazo para donde se quiere llevar el proyecto. Se puede plantear una lista tan grande como se quiera de funcionalidades al principio del proyecto con ideas mas o menos complicadas y se irán seleccionando las que son prioritarias de este listado.
Una parte sorprendente del desarrollo iterativo es que NO hay que pensar en como se resolverán problemas/funcionalidades futuros/as. En cada iteración puede haber cambios en cualquier parte de la aplicación: diseño, modelo de datos, controladores… Por ello, habrá que buscar las herramientas que: 1) permitan una abstracción de las distintas capas para que los cambios se propaguen de manera sencilla; 2) tengan una buena batería de pruebas para comprobar que cambios en las siguientes iteraciones no estropean algo realizado anteriormente.
Mas sobre desarrollo iterativo y programación extrema:
Cuando suena el teléfono
Hubo el otro día un momento increíble, me sonó el teléfono, era Virginia, la diseñadora. De repente empezó a contarme las primeras ideas que había tenido sobre Partitur.es, discutimos sobre el árbol de contenidos… y esta larga conversación me inundó de energía. Cuando colgué solo tenía ganas de seguir trabajando.
Es increíble el poder que tiene no sentirse solo ante el peligro, saber que hay mas personas que les ilusiona tu proyecto y que se embarcan en él.